Breve historia de la minería en el Ecuador y sus implicaciones ambientales
Gustavo Morejón J., biobanco@gmail.com
Se dice que un país que
no conoce su historia está condenado a repetirla. La historia de la
minería en Ecuador se remonta a 3500 años A.C. En el período
Valdivia Tardío, se usaron los primeros materiales provenientes de
excavaciones para obtener arcilla y barro. Posteriormente, en las
culturas Machalilla y Chorrera, todas estas artes se perfeccionan y
la extracción de materiales se intensificó. El la cultura La Tolita
y Pampa de Oro, la metalurgia se desarrolla intensamente y se usa
principalmente el oro para elaborar diversos objetos. El oro se
obtiene en ese entonces de diversas fuentes, principalmente oro de
origen aluvial (Cómo hasta ahora se hace en algunas regiones). En
1532 con la conquista española del Tahuantinsuyo se inició una
etapa donde la extracción del oro fue intensa. El siglo 16 es el
siglo del oro. Comienza con el saqueo de los españoles de lo que los
indígenas elaboraron en oro y plata. Durante la época de la
independencia, por medio de un decreto firmado por el Libertador
Simón Bolívar, se declaró exentos del servicio militar a todas las
personas que desearan dedicarse a la minería, para incentivar ésta
actividad.
En octubre de 1829, el
Libertador dictó en el cuartel general en Quito el "Reglamento
sobre Minas para la Gran Colombia", declarando que las minas
pertenecen a la República, cuyo gobierno las concedería en
propiedad y posesión a quienes las pidan", exonerándoles del
pago de aranceles e incentivando la formación de un fondo que
permita el mantenimiento de una cátedra de minería y mecánica en
las provincias mineras. El 25 de Septiembre de 1830, luego de que el
día 22 el General Flores asumiera por primera vez la presidencia de
la nueva República del Ecuador y el 23 promulgara la Constitución
de la misma, fue dictada la ley para "Promover el fomento de las
minas". Vicente Rocafuerte estableció por decreto en 1837 un
Juzgado de Minas en Azogues, y ordenó abrir un camino al cerro
Pillzhum para explotar la mina y declaró libres de derechos de
importación a los equipos mineros.
En 1880, dado el éxito
obtenido en Pillzhum y en Zaruma, se desató el interés de la
minería nuevamente, lo cual dió como resultado el "Código de
minería de 1886", expedido por Plácido Caamaño, que determinó
como se transferirían las concesiones mineras, propiedad del Estado,
a manos privadas, dando enormes ventajas a las empresas mineras
privadas. En 1896, el presidente Eloy Alfaro hizo un contrato con la
empresa Viggiani y Cia. para la explotación en la Península de
Santa Elena. Durante los dos años siguientes, el gobierno de Alfaro
puso especial interés en el arrendamiento de las minas a varias
empresas que le siguieron en éste emprendimiento.
En 1900, Eloy Alfaro
modificó el código de minería de 1886, estableciendo el plazo del
arrendamiento de las minas hasta por 50 años; pero luego, al subir
al gobierno Leonidas Plaza, volvió a ser modificado éste código,
estableciendo el arriendo de las minas a perpetuidad. Bajo este
esquema, en 1921, el geólogo de los Estados Unidos Benjamin Franklin
Wallis, recibió la licencia para explorar minas en el Cojitambo y en
Cuenca. Le siguió el Colombiano Cicerón Castillo, quién obtiene
permiso para explorar y explotar minas en Nulti, Paccha y Santa Ana,
en el cantón Cuenca; y en Déleg y Cojitambo, en el cantón Azogues.
Posteriormente, al sur del Ecuador (principalmente en Zaruma y
Portovelo) en 1915 la empresa minera South American Development, al
mando de Mellick Tweedy, emprendió la explotación de oro por un
período de 30 años, aprovechando un recurso que los Ecuatorianos
hasta entonces nunca supieron utilizar.
En 1933 sucedió algo
curioso, y aquí me desvio un poco hacia el lado de la extracción
petrolera: El Estado cruzaba por una gran depresión económica y el
Congreso (debido a su escuálida situación fiscal), trataba de
incentivar la agricultura y al mismo tiempo disminuir el precio del
galón de combustible en el mercado. Para ello, expidió un decreto
mediante el cual los automóviles debían usar una mezcla de 80%
gasolina y 20% alcohol, por lo cual "la venta de la gasolina
pasó a ser controlada por el Estanco de Alcoholes y Tabaco".
Por supuesto, la iniciativa no resultó. En Agosto de 1939 se realizó
en Quito el Primer Congreso Nacional de Minería y Petróleo,
inaugurado por el Presidente Mosquera Narváez. En los discursos
pronunciados se condenó al nacionalismo de la dictadura de Enríquez
Gallo y se recomendó solucionar los conflictos contractuales o
legales con las compañías mineras. El mismo año, el Congreso
Nacional, restableció la exoneración de derechos a los bienes
importados por las compañías mineras extranjeras. Uno de los
resultados de los beneficios otrogados fue la primera exploración
petrolera en el Tiputini.
Entre 1925 y 1948, se
repartieron alegremente -los 27 gobiernos de turno, durante los 23
años, a veces sin cumplir las leyes vigentes- primero contratos de
arrendamiento minero y luego concesiones; extensiones territoriales
que rebasaban el máximo permitido por las leyes o elementales leyes
de protección del interés del Estado, tanto en la exploración
petrolera como en la minería de diversos tipos, llegando a entregar
hasta 10 millones de hectáreas a una sola compañía en una sola
región. Lo curioso es que las regalías de éstas explotaciones
fueron menores a las fijadas 400 años antes por el Rey de España en
la Colonia, hasta menos de la tercera parte del Quinto Real, y se
fijaron regalías absurdas del órden de unos pocos centavos de
dólar, consideradas como pago anual de derechos superficiarios por
hectárea. Recordemos que en 1942, Arroyo del Río, quién era
abogado de muchas empresas extrajeras, concesionó grandes
extensiones para exploración y explotación a dichas empresas. Entre
1948 y 1960, gracias a que el Ecuador se convirtió en el primer
exportador de banano, la actividad minera disminuyó
significativamente.
Sin embargo, Zaruma y
Portovelo siguieron atados a la minería en forma artesanal y de
subsistencia. Desde la década de los 70, se emprende una agresiva
minería informal y pequeña caracterizada por una baja tecnología y
poca productividad, especialmente en zonas como Nambija. En ésta
misma década, en el río Santa Bárbara, cerca a Sig Sig, se explotó
la mina Peggy y un grupo finlandés – peruano, explotó la mina
polimetálica de La Plata en Toachi ( Santo Domingo de los
Colorados). Esto se ha realizado desde entonces sin recursos
estatales y sin control ambiental alguno. En 1974 se expidió la Ley
de Fomento Minero, que define a la pequeña minería como “la
actividad desarrollada por quienes laboran minas cuya explotación no
pase de mil quinientas toneladas mensuales de mineral” o “cincuenta
toneladas diarias de material mineralizado”... “cuando se trata
de explotación y beneficio de lavaderos y placeres aluviales”.
En la década de los
ochenta, aparecieron las empresas Newmont y Río Tinto Zinc,
acompañadas de todas las grandes como Placer Dome, Echo Bay,
Billinton , TVX, Goldfields y Anglo, que buscaban encontrar nuevos
depósitos, semejantes al gigante Yanaccocha del Perú. En el
gobierno de León Febres Cordero, se promulgó el decreto ley número
06, que con la Ley de Minería del año de 1985, mantiene el sistema
concesionario, entregando derechos mineros, también hasta
superficies de 50.000 hectáreas. En dicho gobierno, se introduce el
pago de patentes por hectárea de superficie, en valores entre el 1 y
2 % de un salario mínimo vital vigente, durante plazos definidos,
con obligación de trabajos e inversiones mínimos. Se establece una
regalía del 3 % de la producción bruta.
En 1987 en Nambija, la
población creció a 20.000 personas dedicadas a la explotación
incontrolada del oro. Se calcula que de esta región han salido no
menos de 4 millones de onzas de oro, pero la forma anti técnica en
que se explotaban las minas causó en 1980 una avalancha que mató
alrededor de 300 personas. Pero luego de ésta época de minería
informal, se vino una época en la que gente con mayor capital,
decidió también emprender una minería donde se intentó obtener un
mayor beneficio con una mayor inversión. Así es como, junto a los
pequeños mineros informales de Bella Rica en Azuay, ingresaron
mineros con mayor capital para obtener oro con chancadoras más
sofisticadas, usando flotación y cianuración.
Pero eso no significó
que la minería pequeña llevada a cabo informalmente haya cesado sus
actividades. Al contrario, se expandió como una plaga y muchas
zonas del país comenzaron a ser exploradas y explotadas por mineros
informales, luego de las experiencias de aquellos mineros que les
precedieron e hicieron fortuna con una minería anti técnica, sin
responsabilidad ambiental y peor aún, responsabilidad social.
Muchos de ellos obtienen ganancias suficientes como para invertir en
grandes maquinarias o alquilarlas. Otros utilizan pequeñas
herramientas o las alquilan. Pero todos éstos mineros informales o
pequeños mineros carecen de un estudio de impacto ambiental y peor
aún, jamás han hecho un plan de manejo y plan de cierre de una
mina. Así el país durante varias décadas estuvo a merced de
grandes depredadores mineros que hacían uso indiscriminado de
sustancias como el cianuro, arsénico y produjeron un incalculable
daño ambiental. Hasta 1991, Ecuador carecía de normas ambientales
específicas para la gestión minera.
En 1991, en el gobierno
de Rodrigo Borja y la Izquierda Democrática, se dicta una nueva Ley
de Minería - denominada también Ley 126 - la misma que mantiene los
principios de dominio del Estado sobre minas y yacimientos; sin
embargo, incorpora clara y categóricamente los derechos reales
mineros. Así, la concesión minera tiene la connotación, estatus
jurídico de propiedad real y goza de la protección y ventajas
aplicables a la propiedad privada; a pesar de esto, la concesión es
independiente de la superficie del terreno (La Pequeña Minería en
el Ecuador, Fabián Sandoval, IIED, 2001). La ley emitida por el
gobierno de Rodrigo Borja, no establece limites al número de
concesiones, pudiendo tener cada una superficies de hasta 5.000
hectáreas. Se establece el pago de patentes con equivalente
monetario y no salarial, con un valor inicial de 1.000 sucres por
hectárea minera, lo cual equivalía a un dólar en la fecha de
promulgación. En aquella época, la transferencia de derechos
mineros era libre, sujeta a la obligación de notarizar los contratos
e inscribirlos en el Registro de la Propiedad, con la correspondiente
notificación a la administración minera del Estado.
En el año 2000 se expide
la Ley para la Promoción de la Inversión y de la Participación
Ciudadana (Ley Trole II), donde se establece que : “El Ministerio
de Energía y Minas promoverá la evolución de la minería en
pequeña escala hacia una mediana y gran minería a través de
programas especiales de asistencia técnica, de manejo ambiental, de
seguridad minera y de capacitación y formación profesional, con el
aporte de inversión nacional o foránea”. De acuerdo a los
resultados del monitoreo ambiental realizado en varios distritos de
minería aurífera en el país, caracterizados por la intensidad de
las labores mineras a pequeña escala, durante 1996 y 1998, se
concluye que:
“La minería de oro en
el sur del Ecuador ha causado considerables impactos ambientales,
siendo los más severos los de las áreas Portovelo-Zaruma y Ponce
Enríquez. Los principales contaminantes son cianuro, metales pesados
y mercurio. Las fuentes más significativas de estos contaminantes
son las colas descargadas directa o indirectamente en los ríos, por
los sistemas de disposición inadecuados. La descarga de estos
contaminantes ha provocado la extinción de toda forma de vida
superior en ciertos tramos del ríos; además, en varios lugares, la
mala calidad del agua imposibilita su uso como agua potable, para
irrigación o criaderos acuáticos.” (Ministerio de Energía y
Minas del Ecuador (1999) Monitoreo ambiental de las áreas mineras en
el sur del Ecuador 1996-1998, PRODEMINCA. Quito). La minería
informal, como visualizan dichos reportes, ha causado graves
perjuicios al medio ambiente al Ecuador, sin embargo es una actividad
que beneficia a un sector significativo del país.
El 18 de Abril del 2008,
la Asamblea Constituyente del Ecuador, expide el famoso “Mandato
Minero”, mediante el cual se extinguían todas las concesiones
mineras que no hubieran sido legalizadas y no contaran con su
respectivo Estudio de Impacto Ambiental. En esa época, la Cámara
de Minería protestaba diciendo que aquello impediría inversiones
en ese sector por valor de 2.000 millones de dólares en los próximos
dos años y la creación de 70.000 "empleos de calidad" en
Ecuador en la próxima década. Luis Pachala, representante de un
grupo indígena que se dedica a la explotación de recursos
minerales, dijo a los periodistas del rotativo manabita “El Diario”
que "no analizaron los efectos de la Ley", pues ésta los
deja en el desempleo. En el mismo diario, se detalla como “con
algunas danzas folclóricas y acompañados por un grupo de indígenas
Shuar, los mineros se concentraron en la Plaza de la Independencia
para reclamar la presencia en el balcón de Carondelet de Correa”,
para hacerle conocer su protesta contra las restricciones a la
minería en el Ecuador.
Mientras eso sucedía,
Humberto Cholango (Presidente de la ECUARUNARI), declaraba que “lo
que se acaba de aprobar en la Asamblea Constituyente con 95 votos a
favor del Mandato Minero, son votos de la soberanía para recuperar
la minería para todos los ecuatorianos/as”. En aquel entonces,
Alberto Acosta era presidente de la Asamblea Nacional y declaraba
“Estamos estableciendo reglas claras para que se defina a futuro
cómo va a ser la minería metálica mediana y a gran escala; habrá
que elaborar una Ley y el Mandato menciona el plazo de 180 días”.
El Mandato fue aprobado con los votos de Acuerdo País; Pachakutik;
MPD; 3 de PSP, (Manuel Mendoza, Humberto Guillén y Holger Chávez);
RED, (menos Jhonni Freire-suplente de Alfredo Ortiz); ID; PRE;
Honradez Nacional; y los independientes Rafaél Esteves y Marcelo
Villalva.
El 29 de Enero del 2009,
el presidente Rafael Correa, expide el Reglamento Ambiental para
Actividades Mineras en la República del Ecuador, lo cual constituye
un hecho importante en el manejo minero en el Ecuador, pues exige a
las empresas mineras a cumplir un estricto esquema ambiental en sus
planes de exploración, explotación y cierre. En el capítulo III,
artículo 7 de dicho reglamento, se establece que aquellas personas
que inician una actividad minera deben seguir un procedimiento para
obtener una licencia ambiental en el Ministerio del Ambiente. En el
artículo 11 de ése capítulo, se menciona que “Previo al inicio
de cualquier actividad minera se presentará al Ministerio del
Ambiente el correspondiente Estudio de Impacto Ambiental...”. Con
éste reglamento, inicia una nueva etapa para la minería en el
Ecuador, con una visión de mayor responsabilidad ambiental y social.
Luego de expedido el
reglamento y detallados sus procedimientos, se dió un plazo a los
emprendimientos mineros para que se legalicen hasta Diciembre 30 del
2010. Ante el incumplimiento de muchas empresas mineras, el
Ministerio del Ambiente decidió entonces emprender la clausura de
varias minas. El caso más publicitado de ellos fue la clausura de
las minas en Esmeraldas, en los cantones Eloy Alfaro y San Lorenzo,
al norte de la provincia. En ese lugar la destrucción del medio
natural y la contaminación de los ríos era evidente, pero a los
mineros informales, que usaban grandes maquinarias y explotaban a sus
trabajadores (aprovechando sus condiciones de pobreza), se resistían
a formalizar sus actividades y ceñirse a un manejo ambiental. Ante
el anuncio del gobierno de actuar con mano dura en ése caso, la
maquinaria fue escondida en las montañas por los mineros, pero fue
localizada y destruida por el Ejército. Según el diario Hoy :
“Unas 2 000 familias de Timbiré, Selva Alegre, Chanuzal,
Angostura, Playa Nueva, Playa de Oro, San José de Cachaví, Urbina
se quedaron sin empleo tras el operativo militar. Eran contratados
como jornaleros o trabajaban como recolectores particulares de oro.
Estas comunidades están a 70 kilómetros de distancia de la
carretera Esmeraldas-San Lorenzo-Ibarra”.
Los operativos de
clausura de minas ilegales dejó al descubierto una cruda realidad, y
es que un gran porcentaje de la población en Esmeraldas y en otras
provincias, se benefician de la minería. El gran problema es que se
hace de manera informal, anti técnica y con un fuerte impacto
ambiental, tal como lo mencionaban los estudios de PRODEMINCA de
1998. La situación no ha cambiado y es necesario que la actividad
minera informal se regule. Mientras eso sucede, las empresas mineras
interesadas en los yacimientos descubiertos en diversas zonas del
país, han elaborado sus Estudios de Impacto Ambiental, Planes de
Manejo y presentado al Gobierno sus planes de explotación minera.
Por primera vez, el Estado cuenta con documentos técnicos
verificados sobre el estado ambiental inicial de las potenciales
explotaciones mineras, planes de monitoreo ambiental y aprueba planes
de explotación técnica de las minas. Aparentemente, el Ecuador
comienza a dejar atrás el desastroso manejo minero del pasado para
enfrentar un reto singular: la minería tecnificada a gran escala.
Toda ésta historia la he
traido a colación con el objetivo de demostrar que no es nada nuevo
el que los gobiernos traten de explotar los recursos mineros; pero
por primera vez en la historia, el país comienza a tomar un control
real sobre la minería, intenta sacar un mayor provecho para el
Estado y exige la inversión social y ambiental. Este es el primer
Gobierno que promulga una ley de minería que toma en cuenta el medio
ambiente y la relación de inversión económica en proyectos de
desarrollo social. Los estudios de impacto ambiental de las empresas
mineras quedarón definidos en su estructura mediante el Acuerdo
Ministerial 011 del Ministerio del Ambiente, el cual es un modelo a
seguir en todo América Latina por su prolijidad y detalle. La
Constitución, máxima carta del Estado, por primera vez menciona los
derechos de la naturaleza y define que el Estado debe ser el mayor
beneficiado en los procesos de extracción minera o petrolera. Con
un adecuado control y con la posibilidad de control y monitoreo por
parte de sectores civiles interesados, mediante veedurías a los
proyectos mineros, el Ecuador intenta enfrentar con responsabilidad
el reto de una minería responsable, como sucede en proyectos mineros
ejemplares como Morro do Ouro y Serra Grande en Brasil.
Muy interesante tu comentario pero faltan propuestas técnicas y referencias metalúrgicas o medio ambientales.
ResponderEliminarAnónimo : Puedes encontrarlas en mis otros artículos, donde no hablo de la historia de la minería en el Ecuador, sino de aspectos puntuales sobre lugares y sobre el uso del cianuro, por ejemplo. Pero si tienes preguntas puntuales estaré encantado de responderlas si me es posible.
ResponderEliminarQue garantías tienen los inversionistas de las transnacionales al momento que les conceden las concesiones como un derecho personal,y, no como era anteriormente como un derecho real que era el titulo demonio....!!!!!
ResponderEliminarLas concesiones a nivel personal se dan solamente en minería a pequeña escala, pero actualmente TODOS tienen que cumplir con los EIA's requeridos. Cuando se cumple con todos los requisitos ambientales, existe un contrato legal e impositivo con el Estado. Ya no se confieren títulos, porque acorde a la Constitución Ecuatoriana, los minerales y recursos del subsuelo, son patrimonio exclusivo del Estado. Lo que existe es un contrato mediante el cual se concede el derecho de explotación de los minerales con una estructura determinada de regalías. Anteriormente, Ecuador recibía poco o nada de la explotación de minerales y heredaba los pasivos ambientales dejados por las transnacionales. Ahora se exige una responsabilidad ambiental por parte de las industrias mineras y la estructura de las utilidades obtenidas se negocia entre el Estado y la compañía minera.
ResponderEliminarfavor la bibligrafia, de donde saco esta informacion?
ResponderEliminarBuenas noches Diana, mil disculpas por la tardanza. Mucha de ésta información proviene de mi propia hemeroteca, del libro "La minería al servicio de los Ecuatorianos" del Ing. Edgar Pillajo Gavidia, de series como "la historia de la minería en el Ecuador" (https://youtu.be/1uDxabpYY9Y), varios seminarios sobre minería sustentable, documentos que nos entregaron en un curso sobre mineria y medio ambiente en Brasil, entrevistas con personal del MAE y ARCOM, varios blogs como el de Wilton Guaranda Mendoza sobre los aspectos legales de la minería, etc. La lista es un poco larga y no he escrito este artículo en formato científico justamente para darle un formato mas bien divulgativo. La serie de videos que te menciono de Youtube, es muy buena y te recomiendo ver toda la serie, te va a gustar. Saludos.
ResponderEliminarAMIGO, MUY BUEN TRABAJO, ME AYUDAS CON EL LINK DE TUS OTROS TRABAJO SOBRE EL CINANURO Y MINERIA ? GRACIAS.
ResponderEliminarHola Adrián. Gracias por el comentario. EWl enlace a la publicación sobre el cianuro y la minería está en http://biobanco.blogspot.com/2012/01/aspectos-tecnicos-sobre-el-cianuro-y-el.html
ResponderEliminarSaludos.
Buen trabajo. Me resulta muy útil.Gracias
ResponderEliminarHola Bernarda, gracias por el comentario. Me alegra que sea de utilidad.
ResponderEliminarExcelente
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