Clanicentrismo o ¿Porque vivimos en manadas?

Es un Mundo difícil.  Ser Humano es difícil.  Más aún cuando se está consciente de pertenecer a una especie cuyas actividades, todas, han sobrepasado con mucho la capacidad de sostenernos de nuestro Querido (así, con mayúscula), Planeta Tierra.  Sentir el amor que siento por la naturaleza; admirarla en todas sus dimensiones, desde los seres más pequeños (los invertebrados) hasta los espacios más grandes (el Universo, con su espectacular belleza y descomunal magnitud que escapa a nuestra capacidad de comprensión); y al mismo tiempo, vivir día tras día esa pelea interna entre la supervivencia de la especie y la necesidad de proteger aquello que amo, la riqueza del Mundo Natural del Planeta Tierra, no es tarea fácil.




 Esa lucha vivo día tras día, minuto tras minuto; y en el desarrollo de esa intensa lucha, aparecen diversas razones, justificaciones y posiciones en favor de una y otra hipótesis.  ¿Que sucede cuando enfrentas el más grande problema ambiental del Planeta, el desmedido crecimiento de la población humana (y sus nefastas consecuencias por el consumo de recursos naturales) contra la supervivencia de millones de otras especies que forman la rica herencia de millones de años de evolución?  Mi más profundo deseo es que ambos bandos, el Mundo Natural y nuestra especie, puedan compartir este espacio en armonía, con respeto y apreciación de su fabulosa riqueza.

 Pero la verdad es que ni siquiera nosotros, los individuos pertenecientes a la especie Homo sapiens, podemos vivir en armonía con nosotros mismos.  Lo interesante es que el origen de nuestros problemas como especie, es el mismo que nos causa problemas con el Mundo Natural: el excesivo crecimiento de nuestra población.  Somos 7 billones de personas y requerimos 1.5 Planetas Tierra para satisfacer las necesidades de todos, pero solo tenemos un Planeta Tierra.  No hemos podido, como especie, administrar adecuadamente nuestro Planeta.  No podemos ponernos de acuerdo en cosas tan importantes como limitar la emisión de gases de efecto invernadero, limitar los espacios naturales donde podemos intervenir en base a su riqueza biológica y vocación, lograr una mejor distribución del uso de recursos naturales, etc.




 Y no nos ponemos de acuerdo básicamente porque no hemos logrado evolucionar socialmente. Hemos logrado grandes avances tecnológicos y hemos conquistado casi todas las fronteras naturales, pero estructuralmente,seguimos manteniendo la configuración social prehistórica de clanes; en una dimensión mucho grande, pero en esencia es lo mismo:  somos clanes de diversos tamaños que defienden un territorio y tratan de conquistar más bienes para el clan.  Hemos heredado eso de nuestros ancestros.  Aún queremos tener cerca las manadas de Mamuts para beneficio de nuestros clanes individuales.  Si otro clan caza cerca de nuestro territorio, armamos la guerra y tratamos de expulsarlos.  Y aún queremos conquistar mas tierras para nuestros clanes y esperamos que éstos crezcan.  Esa dinámica social estaba bien para una época en la cual todavía gobernaba un orden natural y nuestras capacidades intelectuales aún no superaban los instintos primitivos animales.  De hecho, no éramos más que otro animal en el Mundo Natural.  Bien podríamos haber visto a ese ser prehistórico como hoy vemos los programas de vida salvaje en National Geographic o Discovery Channel.  Ese es un comportamiento netamente primitivo y lo podemos apreciar en diversas especies animales hoy en día.

 Pero ahora que supuestamente hemos evolucionado más allá de nuestra condición de animales instintivos; ahora que "gobernamos el Planeta", debemos sentarnos a reflexionar como especie y decidir finalmente dar un paso adelante en la evolución :  administrar el Planeta de manera total, como especie, más no como clanes separados.  Es un paso necesario si queremos trascender en la evolución.  Debemos dejar atrás las estructuras sociales prehistóricas para dar paso a un desarrollo imprescindible: forjar las estructuras sociales del futuro de forma tal que nos permitan sobrevivir a una nueva realidad que se nos presenta en forma irremediable. Es hora de actuar racionalmente, inteligentemente y abandonar el ropaje primitivo que nos cubre.  Cuando se dan los espacios propicios para lograr dicha evolución, los desperdiciamos comportándonos nuevamente como clanes, llámense éstos partidos políticos, países, grupos corporativos u otras estructuras primitivas irracionales empujadas por la inercia del instinto prehistórico.




 Incluso al interior de esos clanes primitivos llamados países, nuestras actitudes son lo que yo llamo "clanicéntricas", es decir, están basadas en los intereses de los micro clanes y no en los intereses del macro clan país.  Cada vez más y más, vemos que las decisiones dentro de esos macro clanes se toman a favor o en contra de micro clanes llamados partidos políticos, que a su vez son células que buscan el poder dentro del clan.  No tienen como objetivo el bienestar del grupo; de esa población de Homo sapiens, sino que desean obtener el poder sobre el macro clan.  Es un comportamiento clanicéntrico típico, prehistórico y absolutamente instintivo, gobernado por la parte no-racional de nuestra especie, esa parte no evolucionada y que impide que avancemos hacia una actitud "geocéntrica" (centrada en el bienestar de nuestro Planeta y por ende, de nuestra especie como un todo indivisible). 

"Nuestro cerebro tiene una parte consciente, que es la que toma acciones, y una parte inconsciente que comanda nuestras reacciones. La parte inconsciente es la que manda sobre nuestros instintos automáticos y constumbres, mientras que la parte consciente es la que nos permite hacer cosas por voluntad propia. La mente inconsciente ocupa el 99% de nuestro cerebro y resulta en la mayor parte de nuestro comportamiento, mientras que la mente consciente produce tan solo una fracción de nuestras acciones diarias". (Ver fuente).

Solo el momento en que nuestra visión se convierta hacia un objetivo geocéntrico, comenzaremos a solucionar realmente nuestros problemas.  Y no me refiero solo a los problemas ambientales, sino también a nuestros problemas de distribución no equitativa de los recursos, pobreza, conflictos bélicos, etc.  Cuando comencemos a tomar decisiones basadas en una visión geocéntrica, podremos eliminar los clanes, que son la base misma de nuestra organización primitiva.  Solo cuando cada ser humano y cada clan, tomen conciencia de que debemos cambiar nuestra manera de administrar el Planeta y comiencen a dejar de lado el clanicentrismo para enfocarse en el geocentrismo, podremos empezar a construir un Mundo mejor.




 Mientras nos separen las barreras de las fronteras de los países, los clanes políticos y otros clanicentros similares, solo defenderemos posiciones clanísticas y no podremos cubrir las verdaderas necesidades que tenemos como especie; como Planeta.  Mientras prevalezcan los intereses de un partido político frente a los intereses del clan país, no podremos romper las barreras que nos impiden evolucionar hacia el próximo gran paso en nuestra especie:  actuar como un solo grupo que administra el Planeta para el bienestar de todos.  Creo que, aún si no logramos frenar el crecimiento demográfico que está causando todos nuestros problemas actuales, si comenzamos a pensar en forma geocéntrica, podremos resolver nuestras dificultades y alcanzar un mejor nivel de vida para todo el Planeta.

 ¿Cómo lograrlo?  La base de todo el clan somos nosotros, los individuos que formamos parte del clan.  Es por ahí por donde debe comenzar el cambio. Si cada uno de nosotros comenzamos a pensar geocéntricamente y rechazamos las etiquetas de nuestros clanes (partidos políticos, nacionalidades y todo aquello que nos separa del resto de la humanidad), para empezar a pensar en función de nuestra especie y su responsabilidad con el todo que es nuestro Planeta, entonces estaremos en camino de lograrlo.  Para ello es necesario sacar de nuestras mentes siglos de adoctrinamiento en "sistemas clanicéntricos".  Eres Ecuatoriano, te perteneces solo a éste país y debes luchar contra los otros clanes (Perú, Colombia, Venezuela, Brasil, etc).  Eres latino, eres negro, eres indio, eres parte de un clan.  Somos tan primitivos que hasta en nuestros clanicentros - ciudad, formamos bandas y castas que se segregan entre si, formando micro clanes.  Y cada vez son más fuertes los adoctrinamientos clanicéntricos, usando para ello la religión, los temores de la gente y otras formas de manipulación para aislarnos en esos clanes y luchar contra los otros clanes.  Nuestro primitivismo en ese sentido, es asombroso.  El adoctrinamiento clanicéntrico comienza en las escuelas, donde se forman los primeros clanes con fines educativos:  las jorgas, grupos de amigos, o incluso, las diferencias entre escuelas.

Los expertos en mercadeo, han aprendido a gobernar la parte inconsciente de nuestros cerebros, para conducir nuestras preferencias de consumo, basándose justamente es este comportamiento que nos impulsa a ser parte de un clan. Sentimos la necesidad de pertenecer a un clan porque ello nos da seguridad y nos sentimos más poderosos perteneciendo a un grupo. Cuando vemos una propaganda, estamos viendo imágenes que apelan a ese sentimiento y alimentan nuestra parte inconsciente, primitiva, que busca pertenecer a un clan. A esto hace referencia Gilad de Vries en su artículo "Intención vs. Interés: como llegar a la mente inconsciente de los consumidores". Una vez que una idea se toma esa parte del cerebro (y por ende se convierte en instinto), actúan nuestros "instintos creados", alimentando el comportamiento clanicéntrico y en conjunto, el clan mueve a la sociedad, la misma que alimenta hábitos que favorecen a quienes lucran de diversas maneras de ese comportamiento.




 Somos clanes buscando territorios, dominancia, bandadas de Mamuts y estamos ansiosos por conquistar como verdaderos Neandertales, a los otros clanes.  Buscamos robar su territorio y conquistar tierras para nuestro clan; esa es la premisa, porque los clanes mas grandes ofrecen más seguirdad a sus miembros.  A nivel corporativo el clanicentrismo es aún peor.  El adoctrinamiento llega a niveles increíbles donde el clan es lo más importante e incluso está bien visto el canibalismo entre clanes corporativos.  El ser más primitivo y poco evolucionado, es un individuo que se encuentra dentro de los clanes ciudad, caracterizado por su egocentrismo máximo:  el mismo, individualmente, es un clan.  Mantiene sus propios límites y es agresivo con todo el Mundo.  No le importa para nada el resto de personas, puesto que para él o ella, el resto de personas son otros clanes contra los cuales debe luchar por sus recursos.  Cuando nos supera el ser Neandertal, nos domina por completo el instinto, opacando completamente la razón y la inteligencia.  

 El instinto de reproducción mueve herramientas clanicéntricas como la moda y la búsqueda de sobresalir dentro del clan.  No somos distintos del escarabajo que busca la cornamenta más grande o el ave que construye el nido más vistoso para lograr reproducirse.  El instinto y adoctrinamiento nos llevan a cumplir sin pensar las funciones de crecer, luchar contra los clanes, buscar el poder, reproducirnos y finalmente morir.  Lo hacemos sin detenernos a pensar un solo momento la validez del sistema.  Somos esclavos de un comportamiento instintivo, animal, sin lugar para la razón, alimentado por los intereses del mercado. Estamos atrapados en un vertiginoso torrente diseñado para mantenernos trabajando para el clan, sin reflexionar ... sin cuestionarnos sobre su validez.  

"El instinto y adoctrinamiento nos llevan a cumplir sin pensar las funciones de crecer, luchar contra los clanes, buscar el poder, reproducirnos y finalmente morir".  

 Cuando vemos a un joven "pavoneándose" con sus gafas y trajes estrafalarios frente a las chicas, no es más que el instinto de reproducción que domina al ser humano (impulsado por otra característica animal que es el uso de las hormonas como combustible que motiva ese
comportamiento).  En ese punto somos 100% animales y muy poco racionales. Pero ese comportamiento no es exclusivo de los jóvenes, puesto que no nos abandona sino hasta el mismo día de nuestra muerte.  Cuando competimos por los recursos valorados con el "premio" del dinero (no solo del sexo), no estamos haciendo otra cosa que actuar como lo hacen algunos insectos sociales.  Seguimos dejándonos dominar por los instintos primitivos en cada aspecto de nuestras vidas.  Poco queda para nuestro raciocinio, para nuestra inteligencia y nuestra capacidad de trascender el comportamiento irracional e instintivo.  Nuestro primitivismo clanicéntrico nos domina a tal punto que el solo mencionar otra opción, hace que nuestro instinto se revele, encontrando mil y un formas de justificar el comportamiento instintivo sobre las decisiones razonadas. 



 Se que es difícil superarlo, pero si no evolucionamos, aún bajo las leyes de la selección natural, nos extinguiremos como especie.  Hace más de 20 años conocí a un primatólogo que estudiaba la evolución de ciertos primates en la Amazonía y el me contó algo que hasta la fecha ronda mi cabeza:  Muchas especies de animales llegan a ser tan exitosos en su conquista de recursos naturales y territorios, que insalvablemente se extinguen, debido a que finalmente acaban con esos recursos motivados por su instinto.  Aquellos animales están conducidos completamente por su instinto y no pueden detenerse un momento a pensar si lo están haciendo bien o mal.  Me pregunto si no estaremos en ese camino.  Creo que si paramos nuestra frenética carrera clanicéntrica, tal vez, y solo tal vez, podamos empezar a realmente concentrarnos en solucionar los problemas y diseñar un futuro donde vivamos en paz, con armonía entre todos los seres vivos y podamos asumir una actitud responsable como administradores del Planeta, que es en lo que nos hemos convertido, queramos o no.  Quizá de esa manera podamos evitar el consumo instintivo de aquello que soporta nuestra existencia, para dar paso a la planificación inteligente del uso de los recursos que nos han sido consignados.

 Pero si lo meditamos un poco más detenidamente, creo que ese mismo defecto que tenemos todos como Humanos, podría ser la solución a todos nuestros problemas.  La base misma de todo el sistema que hemos descrito son los clanes.  Los clanes están formados por seres humanos.  Si tan solo pudiésemos hacer una "explosión clanicéntrica".  Es decir, si desarmáramos el clanicentrismo desde su núcleo hacia afuera, quizá lograríamos transformar todo el sistema y finalmente lo desarmaríamos para comenzar a construir un Mundo Geocéntrico, armónico y equilibrado, donde todos podamos finalmente ser parte de un único núcleo planetario ... o quizá algo mucho más grande: un Mundo Universal.



 ¿Cómo lo haríamos?  Cada uno de nosotros tenemos que ser una parte de esa explosión clanicéntrica.  Todo comienza por despertar y darnos cuenta de que nuestro actuar está enclaustrado en la doctrina clanicentrista.  Empecemos por darnos cuenta de nuestro lugar en el Planeta Tierra.  El simple hecho de evitar en lo posible mencionar que somos de tal o cual nacionalidad; y reemplazarlo por "pertenezco al Planeta Tierra", comienza a desencadenar la reacción en cadena que conduciría finalmente a la explosión.  No se le ocurra decírcelo a un oficial de migración o a un policía; dígaselo a usted mismo y siéntalo, hága suyo ese pensamiento.  La explosión empieza por interiorizar la actitud.  Los clanes se pueden identificar en cada aspecto de nuestras vidas.  Por ejemplo, soy hincha del Deportivo Cuenca.  Eso equivale a decir, pertenezco al clan Deportivo Cuenca.  Es tal el sentimiento de pertenencia, que nos damos de golpes con los rivales si el partido de fútbol nos pareció injusto y perdimos.  Es decir, nos separamos de el otro clan porque es nuestro rival en la lucha de clanes.  Y va más allá de actividades como los deportes.  Aquellas actividades humanas básicas como la comprensión de la razón de nuestra existencia se ven afectadas por el instinto clanicéntrico.

 En lugar de decir creo en tal o cual religión, decimos pertenezco a la religión católica, pertenezco a la religión judía o pertenezco a la religión musulmana y eso nos conduce a clanes que nos separan nuevamente y en ocasiones los clanes religiosos son tan fuertes que nos conducen inevitablemente a guerras basadas en esa pertenencia.  Probablemente el clan más difícil de superar sea ese.  Es tan fuerte el sentimiento de pertenencia al clan y rechazo al resto, alimentado por tantos siglos, que los conflictos más terribles de la humanidad se dan por defender los clanes religiosos.  Más aún, intentamos ganar adeptos a nuestros clanes religiosos y hasta comenzamos a crear nuevos clanes dentro de esos clanes religiosos.  Si fuéramos Neandertales seríamos el clan del rayo, el clan del fuego o el clan de la lluvia.  Aquello no difiere mucho de decir somos el clan católico, el clan musulmán o el clan judío.  Y nos vamos separando aún más.  Ese es el comportamiento clanicéntrico más difícil de superar.  




 No quiero decir que no tengamos nuestra fe en una cierta religión.  Lo que digo es que aquello no debe conducirnos a un comportamiento clanicéntrico.  Si hay algo que nos ha llevado a desarrollarnos como seres inteligentes, han sido las diferencias de criterios y pensamientos.  Eso es básico para evolucionar como especie.  Si aceptamos ciegamente toda afirmación hecha por un clan, nunca evolucionaremos como especie.  Las diferencias son necesarias, pero debemos aprender a dialogar con una mente abierta en lugar de obstinarnos con una posición.  Cuando el diálogo en torno a temas como la religión no es posible, es necesario que aprendamos a respetar las creencias de otros seres humanos.  Debemos abandonar las doctrinas irracionales para abrir nuestra mente al pensamiento de otras culturas y religiones, pero evitando a toda costa caer en doctrinas clanicéntricas.

 Otro comportamiento clanicéntrico importantísimo es el clanicentrismo corporativo.  Es tan importante que de las 50 economías más grandes del Mundo, 14 son corporaciones.  En los inicios de la era industrial, las corporaciones se formaban con el único propósito de fabricar bienes o proveer servicios a la población, a cambio de lo cual obtenían bienestar económico.  Hoy en día, lo menos importante parecería ser el proveer del bien o del servicio.  Las corporaciones intentan bajar sus costos y aumentar sus ganancias sin tomar muy en cuenta el servicio o producto.  Podríamos en éste punto preguntarnos, ¿Y que pasa con el consumidor que no recibe exactamente lo que buscaba?  Para eso están los empaques y las etiquetas atractivas.  El mercadeo y manejo publicitario de hoy en día llega al punto tal que, aunque pongamos una etiqueta que dice "el cigarrillo mata", seguimos fumando cigarrillos.  Nos convertimos en el hombre Marlboro, adoptando una relación directa de ser macho con usar cierta marca y volvemos a formar clanicentros basados en la fidelidad a una marca.



 Nuevamente, tenemos un clanicentro cuyo objetivo máximo son sus ventas y no el bienestar de la Humanidad o del Planeta.  La industria del petróleo es un ejemplo muy claro de aquello.  Extraemos el petróleo desde hace apenas 150 años.  Hemos extraído casi un billón de barriles de petróleo de la Tierra y sabemos que tarde o temprano este recurso se va a acabar.  Pero el petróleo es con mucho la materia prima más cotizada del Mundo; provee energía para todos nuestros vehículos y es la base de todos los plásticos que consumimos.  Es una industria tan grande que genera una riqueza de dimensiones gigantescas, convirtiendo a quienes lo operan en amos y dueños de un gran bienestar.  Sabemos que es altamente contaminante y su uso produce algunos de los gases invernadero más peligrosos.  Nunca antes existió una preocupación mayor sobre el estado de nuestra atmósfera.  Desde la Convención del Clima y la Cumbre de Río de Janeiro en 1992, y la firma del Protocolo de Kioto en 1997, las emisiones de CO2 han progresado más que durante los decenios precedentes.

 Para evitar que se dé una situación que definitivamente costaría la vida de millones de vidas y cambiaría la faz de la Tierra, los científicos recomiendan que de forma urgente se reduzca la emisión de gases invernadero en un 50%.  Sabemos que el 80% de las emisiones de CO2 son producidas por los países más desarrollados (que sólo reúnen el 20% de la población mundial), pero que las consecuencias más nefastas del cambio climático se darán en los países en vías de desarrollo, donde habita el 80% de la población Mundial.  Para evitar dicha situación, en el año 2011 se realizó la Cumbre de Copenhague, cuyo objetivo era el lograr el compromiso de los mayores emisores de CO2 para reducir dichas emisiones en un 50%.  Pero luego de la cumbre, que fue un fracaso, quedó claro que las superpotencias económicas defenderán a sus clanes económicos en lugar de la salud del Planeta.  No hubo un acuerdo y por el contrario, ganaron los intereses financieros de los clanes corporativos.  Nuevamente, discutimos sobre posiciones en lugar de pensar geocéntricamente y decidir lo mejor para la humanidad en su totalidad.  El pensamiento primitivo de los clanes nuevamente prevalece sobre los intereses globales.



 Un tipo de clanicentrismo que es particularmente interesante es el clanicentrismo político.  Durante tres meses he realizado un experimento sobre el comportamiento clanicentrista de los grupos políticos.  Todo el experimento lo realicé a través de la red Internet.  Haciendo uso de los grupos de discusión, comencé una discusión sobre un tema muy álgido en cuanto al Medio Ambiente:  la protección de las cuencas hídricas.  Estando a un año de las elecciones presidenciales en Ecuador, el calor político estaba un tanto elevado.  Una de las amenazas potenciales para la conservación del agua, es la minería irresponsable.  Pero no constituye sino una pequeña fracción del riesgo, frente a otras actividades que ya están degradando grandes extensiones de los páramos que proveen el agua para las ciudades.  Adicionalmente, existen prácticas mineras responsables que podrían minimizar considerablemente el impacto sobre el ambiente de ésta industria.

 En Internet abundan las imágenes de gigantescos cráteres de la minería a cielo abierto y escenas dantescas de animales muertos, poblaciones empobrecidas, en fin ... un panorama desolador.  Al hablar con las empresas mineras, obtuve datos sobre el esquema de explotación, que no sería a cielo abierto, sino en galerías subterráneas.  En el caso más discutido, el área a ser usada sobre la tierra sería de 300 hectáreas, en uno de los casos a discutirse.  En contraste, 17000 hectáreas de páramo en dicha zona estaban siendo devastados por la ganadería y la expansión agrícola.  No se haría la separación del oro, plata y cobre en la mina, sino que el material concentrado se enviaría fuera del país para los procesos químicos.  Adicionalmente, la empresa minera se comprometería por el espacio de casi 10 años a trabajar en la recuperación del páramo, garantizando una recuperación que restaure la integridad ecológica del ecosistema. Me interesaba saber la opinión de diversos partidos políticos sobre esos datos, así que puse a consideración de algunos miembros de los partidos políticos.




 Dado que el clima político era apropiado y que se trataba de una empresa transnacional, la respuesta de los partidos políticos fue completamente clanicéntrica.  Defendieron a capa y espada la tesis de que debía ser un error del gobierno actual y que sus partidos políticos tratarían mejor el caso.  El adoctrinamiento es tal que no cabe razonamiento ni solución alguna, solo la posición de ir contra cualquier tesis del otro partido político, ignorando las posibles soluciones.  La discusión llegó a enmarañarse tanto que pronto desapareció el objetivo principal:  el manejo de las cuencas hídricas.  Las consignas políticas y gritos de abajo el gobierno superaron pronto la razón y la discusión inteligente.  A los tres meses de discusiones, muchos militantes de algunos partidos políticos dejaron de escuchar las razones y posibles soluciones.  Su única meta era el desprestigiar al gobierno y ganar espacio político proyectando la imagen de salvadores del agua y los ecosistemas, sin proponer solución alguna; solo mencionando los errores de sus oponentes.

 Pero fue más allá de la imposibilidad de dialogar inteligentemente:  la manipulación de la información llevó a convencer a grupos de artistas y un gran segmento de la población de que, efectivamente, se harían grandes cráteres en el páramo y se contaminarían las aguas, sin siquiera detenerse a pensar por un momento en la posibilidad de una solución que favoreciera a todos.  La posibilidad de una producción de cobre, plata y oro bien administrada social y ambientalmente, no cabía en los razonamientos de los partidos políticos, pues no les era útil para los fines de su clan.  La compatibilidad del desarrollo de una industria, que esos mismos partidos utilizan, con la protección del Medio Ambiente, simplemente debía ser eliminada para poder usar ese hecho contra su contrincante clan político, el gobierno de turno.  Sin razones para soportar ese criterio, pero aprovechando la onda calórica contra el gobierno, cualquier alternativa quedó desechada.  Solo importaba entonces la defensa del clanicentro político.



 Más aún, las verdaderas amenazas, que aun se están desarrollando en desmedro de las cuencas hidrográficas, fueron minimizadas y hasta defendidas.  Tres lagunas fueron desecadas para ganadería y grandes extensiones de páramo fueron modificadas con pastos resistentes, degradando notablemente el suelo del páramo.  Pero la actitud de los clanes políticos fue siempre la misma: defender los votos potenciales que tienen entre los campesinos que están degradando el páramo en el presente e inclusive apoyarlos convirtiéndolos en víctimas, en lugar de infractores.  Así, el objetivo principal que era el analizar de manera integral la situación del manejo de las cuencas hídricas, se perdió y la degradación ecológica de los páramos se aceleró notablemente bajo la protección de los clanes políticos.  El rechazo a tratar otro tema que no fuera la minería como factor de degradación del ecosistema, fue la tónica de todas las discusiones.  Simplemente se negaron a ver la realidad, en desmedro del Ambiente y tratando de obtener el mayor rédito político posible.  Todo por defender su clan.  Ciegos a cualquier posibilidad que implicara una tesis diferente.

 Es difícil, una vez que un sujeto está adoctrinado, el lograr que abra su mente a otras posibilidades, al menos que sean de aceptación por su clan.  Se pertenecen al clan y no cabe otra alternativa.  Por eso mi propuesta para un cambio verdadero en la forma como administramos el Planeta es primeramente, cambiar de mentalidad.  Debemos ser realistas y no opacar la realidad con los intereses de los clanes.  Debemos hacer un ejercicio muy difícil y abrir nuestras mentes hacia posibles soluciones.  Por eso fracasó la Cumbre de Copenhague, al igual que sus cumbres antecesoras.  Llevamos desde 1992 haciendo reuniones para intentar comprometer a los gobiernos con la reducción de sus impactos sobre el Medio Ambiente, pero a 20 años de haber iniciado ese proceso, no hemos logrado casi nada.  La razón, en todos los casos es la misma:  defendemos posiciones clanicéntricas en lugar de pensar como Planeta.  Así que, por más difícil que parezca, el primer paso es abrir nuestras mentes a las posibilidades fuera de los clanes.




 Si fuéramos un solo Planeta, sin fronteras ni límites y pudiéramos dialogar en busca de soluciones, sin la ceguera que nos producen las posiciones clanicéntristas, entonces podríamos caminar hacia un ordenamiento territorial, una solución a nuestros problemas de contaminación y distribución injusta de los bienes que nos ofrece la Tierra.  Podríamos determinar donde protegemos la vida silvestre y donde usamos los terrenos para producir, determinaríamos hasta donde pueden crecer las ciudades y donde deben asentarse.  Podríamos lograr una distribución equitativa de los alimentos, bienes de consumo y sobre todo, podríamos compartir el Planeta con una visión diferente, basada en la sustentabilidad de los Ecosistemas.  Los recursos naturales queramos o no son nuestro sustento.  Sin ellos no podemos vivir.  En un Mundo sin fronteras y alejado de los comportamientos clanicéntricos instintivos, la ciencia y la tecnología avanzarían más rápido, motivados por una mejor calidad de vida en armonía con el ambiente, en lugar de servir a intereses económicos clanicéntricos.  Buscaríamos el desarrollo de energías alternativas no contaminantes, lejos de la competencia de clanes económicos, encontraríamos la manera de reducir nuestra población para evitar la presión sobre el medio ambiente y buscaríamos la forma de convivir con el Mundo Natural.

Para lograrlo, debemos comenzar la transformación, como mencioné anteriormente, desde el interior hacia afuera; desde nosotros como individuos, hacia la sociedad como un todo.  Una explosión clanicéntrica.  Si cada uno de nosotros aprendemos a deshacernos de nuestras limitaciones instintivas (que son hasta cierto punto producto de la inercia social en la que vivimos); y aprendemos a obrar sin las limitaciones fijadas por nuestros clanes, con una mente abierta y conducida por la inteligencia, en lugar de las hormonas o los dogmas, finalmente podríamos lograr encaminarnos hacia la solución a nuestros graves problemas de supervivencia.  Un Mundo en el cual existamos seres humanos y vida silvestre, es posible si nos deshacemos de dichas ataduras.  Comencemos el cambio desde nosotros mismos y veamos hacia donde nos conduce ésta explosión.  Obviamente, debemos alcanzar una masa crítica para lograrlo.  Solo así, iniciaremos una reacción en cadena que supere nuestros instintos Neandertales y nos lleve hacia una sociedad mas equilibrada, basada en nuestro razonamiento e inteligencia, más no en los instintos de clanes.  Ese es el reto que propongo a todo aquel que lea éste artículo.



 Tengo la absoluta seguridad de que cuando se alcance una masa crítica que supere el clancientrismo, entraremos en lo que se conocerá a futuro como la era post - clanicéntrica.  Una era en la cual el objetivo no sea el enriquecimiento individual o el bienestar económico de los clanes, sino que seamos capaces de pensar más allá de los clanicentros que defiendes sus cotos de caza.  Sería una época en la cual el valor de las ciudades sea la suma del trabajo y comportamiento de cada individuo dentro de ellas.  El valor supremo sería la calidad de vida y las personas de mayor valía (riqueza) serán aquellas que más aporten a construir lo que conocemos ancestralmente en las culturas de origen andino como el "Sumak Kawsai", la buena vida, la vida digna.  Me pregunto si bajo esa nueva visión post clanicéntrica, ¿Podríamos superar el uso del dinero como medio para el intercambio de valores?  Bajo éste nuevo esquema, ¿Podrán desarrollarse mejor aquellas labores que ancestralmente han estado atadas al esquema monetario, como el arte, la ciencia, la música y la creación intelectual?  ¿Cómo sería un Mundo donde la sociedad provea de todas las necesidades que requieren los individuos en base a su aporte real a lograr el Sumak Kawsai?  ¿Cómo cambiarían los sistemas educativos?  De una cosa estoy seguro:  nuestro Mundo alcanzará un mayor desarrollo en la ciencia, tecnología, las artes y sobre todo, en su calidad de vida, cuando eliminemos el comportamiento clanicéntrico de nuestras mentes.

Comentarios

  1. Estimado Gustavo, tanto que decir de tu post! bueno primero te felicito por el intento de explicar comportamientos sociales complejos, estaba chévere de leer :)

    Comments:

    1. No estoy de acuerdo que "el más grade problema ambiental del planeta es la sobrepoblación" yo creo que es la relacionalidad, desproporcionaliza del ser humano con otros seres vivos, incluyendo agüita, montaña, lluvia. Es un tema de relación que debe armonizarse, más que de número creo yo.

    2. Tu idea del Clanicentrismo siento que está desarrollada por el filósofo Krishnamurti, es fabulosos y el habla en términos de identificación. Es la identificación con lo que sea (Cuenca, Alianza país, Latinoamérica, Biólogos, budistas, mil etc.) lo que separa, sin identificación somos infinitos, sin limites. Como bien dices, una de las principlaes razones para la identificación que según entiendo, tu término es "clanicentrismo", es el miedo, miedo esencialmente a estar sólo, a contemplar la muerte, la fugacidad del espacio, tiempo, todo. Y bueno, de ahí que los pobres de espíritu no pueden vivir sin una autoridad que les diga que hacer (Mashi, la ley, el cura, etc) y ahí está la trampa para nuestra mente. Es necesario romper con esa inercia, que como bien dices viene desde tiempos lejanos en donde el clan se juntaba para literalmente sobrevivir...

    3. No siento que hay que darle mucho valor a la "razón" o la "inteligencia" que son muy debatibles y creo que han provocado la devastación de la vida. Porque la razón llega junto con conceptos como eficiencia y maximización de las utilidades, bases del pensamiento económico occidental que ingenuamente cree que el beneficio individual y la libre competencia desencadenaría en beneficio colectivo. Ese camino terminaría en vías oscuras. Aquí es necesario pensar en comunidad o cooperativismo, otra noción de la persona es necesaria, esa visión ecosistémica, sintonizada con los ritmos de la vida y el cosmos. Y para eso, menos "razón" y más de "eso que no se como llamarle".

    No creo que hay que confiar mucho en al razón ni darle mucho valor.
    4. Se me ocurre una cura provisional para curar el clanicentrismo: viajar mucho.

    5. En el tema minero, como ciudadano planetario yo diría que sí es buena la extracción del oro en quimsacocha. Bueno para el grupo Rothschild, el sistema financiero y la ficción de la economía global, bueno para unos poquitos. Porque sacar el oro de las galerías y hacer los lingotes para guardarles en wallstreet no tiene sentido. Mucha tela que cortar... pero al clan planeta tierra no le ayuda en su proceso evolutivo.

    6. Por último, te cuento que a veces me preocupa cuanto "tiempo" va a tomar la construcción de esa "masa crítica" y romper con esa inercia, ese arrastre primitivo que lleva consigo mucha violencia. Y la respuesta es que no sé, lo más probable es que con mi mente adoctrinada, diría varias décadas, quizá un par de siglos (si sobrevive Homo sapiens sapiens). Luego me acuerdo que algunos maestros "espirituales" hablan de muy poca gente para generar un cambio y las nociones del tiempo son debatibles. En esta fugacidad de la vida, espero no pensar mucho en eso, sentir el vacío, comprender el alcance de mis movimientos y cultivar la alegría.

    Te felicito y un cálido saludo.

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  2. la informacion esta muy interesante

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  3. Recomiendo a mis lectores el revisar el siguiente artículo: http://www.elconfidencial.com/cultura/2015-12-29/la-dictadura-del-videoclip-cultura-consumo_1125867/

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  4. La informacion esta interesante y muy compleja. Nos va ayudar en gran manera. Gracias por la informacion

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